Nuevo blog
Este blog se cierra por reformas y continuará en uno nuevo, después de una necesaria reconstrucción:
"Alice in Wonderland (II)"
Diario de una soñadora empedernida
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"Alice in Wonderland (II)"
Creado por Alicia a las 21:41
Largo y prometedor en junio. Volviéndose planes fundados en julio. Vacaciones a la vista. Todo por vivir, todo por descubrir.
Calor, piscina, mar, viajes en agosto. Vida social, noches calurosas, sol abrasador. Turismo, amigos, risas, tardes ociosas de siesta. Quizás amores...
En septiembre la dolorosa consciencia de lo no realizado. De lo no vivido. De lo que ya pasó para siempre...
Creado por Alicia a las 21:16
Etiquetas: amor, verano 0 comentarios
Frente al espejo. Sus dedos se deslizan entre mi pelo aún húmedo. Mueve las tijeras y el peine con total soltura.
Viste camiseta negra y pantalones negros. Brazos morenos y no muy musculosos, solo lo suficiente. Mirada concentrada y resuelta, observando mi cabeza y mis cabellos con seriedad.
Su rodilla me roza la cadera al deslizarse con la banqueta sobre ruedas por detrás mío. Mi piel se eriza.... Labios de locura. Qué pasaría si... mi imaginación vuela por derroteros insospechados, hasta que mi pelo está seco y brillante y bien peinado, y me quita la bata y debo pagar la cuenta y salir por la puerta con la dulce sensación del deseo insatisfecho.
Creado por Alicia a las 22:45
Etiquetas: hombres, Sueño 0 comentarios
Creado por Alicia a las 00:19
Etiquetas: gatos, naturaleza, verano 0 comentarios
Así las llamaba mi padre, y yo siempre le corregía, insistiendo en que su nombre correcto era cigarras. Hace dos años que no puedo volver a corregirle.
Hoy me he acordado de él, paseando por mi calle, al oir el estruendoso canto de una "chicharra" en una falsa acacia. Canto entonado para atraer a las hembras. Los efectos del calor y del verano. Efectos que puedo notar en mi propio organismo. Siempre me he identificado más con la cigarra que con la hormiga...
Canto que me trae recuerdos de días y noches calurosos del verano manchego. De largos, eternos veranos de infancia, vacaciones interminables de tres meses, recorriendo los caminos con la bici, pescando renacuajos en la "fuentecilla" (ahora seca y enterrada), cazando grillos en las noches de luna llena. Otra noche recordaré el canto de los grillos...
Creado por Alicia a las 23:29
Etiquetas: campo, infancia, naturaleza, verano 2 comentarios
- Hace buena tarde - dice ella.
- Sí, muy buena - replica él.
De nuevo el silencio, mientras miran sobre los tejados del centro de Madrid, cómo enrojecen las nubes esporádicas al ponerse el sol.
- Pero tengo una duda... - dice ella.
- ¿Cuál?
Tras una pausa, ella dice:
- ¿Cómo se sabe si está amaneciendo o se está poniendo el sol?
Él la mira perplejo durante un segundo, y vuelve a desviar la mirada hacia el horizonte rojizo.
- ¿Por la hora? - dice dudoso...
- Ay, no me entiendes, hombre... - un tenso silencio.
- Me refiero a que es muy parecido cuando se pone el sol y cuando sale, si solo ves la imagen, por ejemplo, aislada del resto; en los dos casos hay un disco luminoso y rojizo cerca del horizonte, el cielo medio azul y medio teñido de rojo, la temperatura baja...
Ella seguía elucubrando, él seguía tratando de entender qué quería decir. Ella intentaba llegar a alguna parte.
- Si ves una foto de un amanecer y otra de una puesta de sol, ¿cómo las distingues?, es imposible. Es como despedirse o encontrarse dos personas. En ambos casos, se sonríe, se mira a los ojos, se levanta la mano. Se da un beso fugaz...
Él vuelve a mirar su perfil, ya completamente perdido.
Ella gira el rostro y le mira.
- ¿Entiendes?
- No - dice él después de suspirar.
Ella sigue mirándolo durante unos segundos, el ceño fruncido, y vuelve a mirar hacia el sol ya casi invisible.
- Pues eso, que nunca se sabe...
Creado por Alicia a las 22:04
Etiquetas: amor, hombres 1 comentarios
Es por la mañana temprano, y una niña va por una calle solitaria de un pueblo manchego. Distraida, caminando perezosamente en dirección a la escuela, levanta la vista y ve a un pájaro en un alambre de la electricidad. Es oscuro, de un negro azulado, la cara rojiza y con la pechera blanca. Instantáneamente lo asocia con el protagonista de un cuento que terminó de leer la noche anterior, titulado "El Principe feliz". Ah, es la golondrina que se sacrifica por el principe y muere en mitad del invierno... piensa con una sonrisa, y al segundo se queda seria y pensativa.
Es temprano por la mañana y una joven abre la puerta de madera de su casa del campo y al salir ve en el porche una aglomeración de barro sobre la que asoma una cabeza negra con un pequeño pico triangular. La joven sonríe pensando "ya han vuelto...".
Está amaneciendo en la gran ciudad a comienzos del verano. La mujer vuelve a su piso en un tranquilo barrio rodeado de parques y con avenidas surcadas por árboles, después de pasar la noche en una fiesta. Un alegre piar le llama la atención y le saca de sus meditaciones. Alza la cabeza, sabiendo que verá una silueta triangular, oscura y afilada dando vueltas alrededor de la copa del árbol que hay junto a su ventana.
Creado por Alicia a las 14:25
Etiquetas: infancia, naturaleza 0 comentarios