En la noche


Indefensa, frágil, sola... así se sentía en medio de la noche, mientras incómodos pensamientos daban vueltas en su cabeza. Y en el cuarto solo entraba la luz de una farola.
Recuerdos, sensaciones, imágenes antiguas...
Ella solo quería dormir y olvidar. ¿Por qué era tan difícil? ¿Por qué le asaltaban una y otra vez los mismos pensamientos? Dormir, tal vez soñar... Soñar con los ojos abiertos. Por qué sería tan difícil olvidar...
Un tic tac sonaba en el cuarto contiguo. Unos pasos amortiguados, silenciosos, en el piso superior. Un escalofrío le recorrió la piel.
Esto también pasará, se dijo para darse ánimos. Lo eterno no dura para siempre. Sólo debo respirar hondo, pensó. Cerró los ojos. Una, dos, tres veces, su respiración se fue haciendo cada vez más profunda y pausada. Su mente entró en una especie de vértigo placentero, una agradable sensación de caída, su cabeza dejó de pensar, su corazón dejó de sentir, y se fue sumergiendo en las nieblas del olvido que tanto había deseado...

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